Por Catalina Canals
La recientemente aprobada Ley General de Educación (LGE) nos dejó con un gusto amargo a aquellos que pensamos que el modelo educacional chileno es groseramente discriminador en función de criterios económicos, carente de oportunidades para los estratos más vulnerables de nuestra sociedad. Esta ley no cuestionó la prevalencia, que existe hoy en día, que tiene la libertad de enseñanza por sobre el derecho a la educación y no modificó el hecho que existan instituciones que se hacen llamar educacionales que lucran con este derecho básico, aspectos fundamentales que fueron cuestionados en el 2006 con las movilizaciones secundarias, viniendo a ser una ley más que regula y mejora el modelo legado por la dictadura. Desde una perspectiva en extremo reduccionista la conclusión puede ser que es una derrota para los movimientos sociales que se han articulado durante los últimos años, sin embargo, a partir de lo sucedido podemos sacar una serie de reflexiones. A juicio de Bárbara Sepúlveda, Concejera FECh de Derecho, “la principal autocrítica que debemos hacernos como movimiento estudiantil es el haber disgregado las demandas y no haber unificado las fuerzas sociales. Este fue el principal error, que a mi parecer, llevó a la derrota del movimiento y le permitió a los medios de prensa y al gobierno, decirle a la ciudadanía de que nuestras demandas eran gremiales en su mayoría y el resto no tenía contenido. Al no haber existido unidad en la acción no pudimos entregar una propuesta conjunta que nos diera un mejor pie para la intensidad y fortaleza de nuestras propias demandas”
Si el gobierno cree que con esta Ley podrá acallar el descontento de los actores sociales progresistas, pareciera que se equivoca. Durante Abril se han realizado movilizaciones en protesta de estas medidas y que claman por un cambio estructural al modelo educacional. “
Un nuevo trato: fortalecer la educación pública.
A partir de una serie de debates, desde los dados por los estudiantes hasta los del Consejo Asesor Presidencial para
Todos estos movimientos se dan en paralelo a la propuesta “Nuevo Trato con el Estado: hacia una política para las universidades estatales” que desde Enero del presente año se encuentra impulsando el Rector de
¿Qué se puede rescatar sustancialmente de esta propuesta? le preguntamos a Bárbara Sepúlveda “ Creo que dio en el clavo al hacer una propuesta global del sistema de educación superior y no de tan sólo una parte de ella, como otros rectores han comenzado a hacer con el tema del financiamiento, aunque de todas maneras es muy rescatable la propuesta del financiamiento de un 50 % del presupuesto de las universidades públicas por parte del estado y también rescato la asignación de recursos a sedes universitarias en las regiones para el desarrollo de proyectos regionales, que es algo muy importante y el país perdió con
¿Se puede incluir a las Universidades privadas en un sistema nacional de educación?
“Absolutamente. Sobre la base de que muchas cumplen una función muy importante para la sociedad y el desarrollo del país. Este aporte debería incentivarse y potenciarse con recursos fiscales pero sólo si estas universidades se comprometen a desarrollar su rol o algunos de ellos con un sentido público, lo que se puede medir con indicadores como por ejemplo, un quehacer de manera abierta a la comunidad, con libertad de cátedra y asociación y gobernadas por sus comunidades de manera triestamental” opina Julio Sarmiento.
Qué podemos hacer: por un Nuevo Sistema Nacional de Educación.
La organización estudiantil puede ser clave si se lo propone. Ejemplo de ello, es el movimiento liderado por los estudiantes en 1997 que culminó con el cambio del estatuto heredado de la dictadura o el freno a políticas privatizadoras al seno de nuestra universidad, que pretendían desconocer su naturaleza al tratar de plantearla como un banco cuando en el 2004 el rector de entonces, Luis Riveros, quería implementar un crédito paralelo otorgado por la propia universidad a los estudiantes que no tenían toda la cobertura necesaria desde el fondo solidario, iniciativa que fue frenada por movilizaciones de ese año.
A diferencia del año pasado -donde la conducción de
Le preguntamos sobre lo qué se encuentra haciendo el pleno de Federación de
¿Y qué tienen en común las privadas con las estatales?
Julio Sarmiento señala que “nos une la necesidad de un nuevo Sistema Nacional de Educación y estamos influyendo en que surja la propuesta y se instale en la opinión publica a través de la movilización”
En un año de crisis económica, donde los principales esfuerzos tienden hacia medidas pro-empleo pareciera que nuevamente se dejará de lado el debate sobre un cambio estructural a la educación superior. No obstante, los entrevistados concuerdan en que esto no es excusa que justifique el ignorar la crisis que se vive al interior del sistema, donde como botón cotidiano vemos cómo una Universidad que cuenta con 5000 estudiantes en una sede (Universidad de las Américas) no cuenta con las más mínimas medidas de auxilio frente a un estudiante que sufre un paro cardíaco. Escándalos que se replican a todo nivel del actual sistema de educación superior. Por ello, “es crucial que este año se genere una discusión nacional en relación a un nuevo trato entre el Estado y las Universidades, un Nuevo Sistema Nacional de Educación Superior que replantee y cuestione el autofinanciamiento, que finalmente, en tiempos de crisis es insostenible. Los estudiantes no van a poder cubrir los aranceles, van a necesitar mayores créditos, con intereses bajos y un mejoramiento del sistema de becas, cosa que con el autofinanciamiento es imposible, por lo que las fallas que ya se comienzan a hacer evidentes deberán ser cuestionadas desde otra perspectiva, la de un Estado responsable de la educación superior pública y sin fines de lucro” indica Bárbara Sepúlveda.
Resolviendo necesidades urgentes: mesa del CONFECh con el MINEDUC.
En discusión actual de los estudiantes de las universidades chilenas agrupadas en el CONFECh (Confederación de Estudiantes de Chile) se encuentra el cómo enfrentar las consecuencias directas de la crisis económica en los bolsillos de miles de familias. Paralelamente a la discusión y movilizaciones por un Nuevo Sistema Nacional de Educación,
1) Transporte Estudiantil (obtención gratuita de
2) Becas estudiantiles (reajuste a los precios actuales, por ejemplo, los vales de alimentación que hoy no cubren al 100% los valores actuales de los casinos).
3) Apoyo especial a los estudiantes cuya situación económica ha cambiado durante este año.
Julio Sarmiento, de
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