9 abr 2009

En qué está el Senado

Por: Felipe Ogass

En el período que abarca desde enero hasta el marzo, el trabajo realizado en el Senado Universitario ha comenzado a tornarse más político, mostrando todas las potencialidades y limitaciones que posee dicha instancia.

Entre enero y marzo, el Senado Universitario de la Universidad de Chile, compuesto por 27 académicos, 7 estudiantes y 2 funcionarios, ha discutido y sancionado, entre otro temas: la aprobación del programa de Doctorado en Ciencias Sociales, la formación de una comisión que estudie la situación legal relacionada con señal de televisión de nuestra Universidad y que proponga una estrategia de desarrollo que permita posicionar la opinión de la universidad sobre temas de interés nacional más allá de los sesgos editoriales de los medios de comunicación imperantes en la sociedad chilena; Además, han surgido discusiones acerca de los métodos de ingreso de la universidad, en pos de políticas de discriminación positiva hacia sectores más pobres de la sociedad. Finalmente, el presupuesto para el año 2009 de la Universidad fue rechazado con 9 votos a favor, 15 en contra y 3 abstenciones.

En esta síntesis de la labor llevada a cabo por el Senado, se pone en evidencia ver que el debate político va más allá de un confrontación entre estamentos, sino que en cada uno de ellos se pueden encontrar diferentes visiones políticas capaces de articularse y perseguir objetivos comunes. Las voces que se levantaron para rechazar el presupuesto, que reproduce las desigualdades económicas entre las diferentes facultades, surgieron tanto desde estudiantes, como de funcionarios y académicos, demostrando que si la política universitaria se entiende solamente como una mera confrontación gremial, se deja de lado la posibilidad de construir una universidad pública en comunidad. Sin embargo, esta instancia también posee varias limitaciones en su accionar, como la desigual relación y la falta de autonomía entre Rectoría, el poder ejecutivo de la universidad, y el Senado, la institución legislativa de la universidad, además de la desigual distribución de los cupos senatoriales entre los estamentos. Sin embargo, y a pesar de estas críticas, el senado ha demostrado ser una herramienta que debe, y puede profundizarse para avanzar en la construcción de un proyecto democrático de universidad pública.

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